Una red de sistemas de escritorio funciona mejor si los usuarios poseen un único directorio de inicio compartido por todos los sistemas clientes y servidores de la red.
Un directorio de inicio de red ofrece a los usuarios la posibilidad de utilizar diferentes sistemas de la red sin perder su propia configuración y personalización. Esto se debe a que las personalizaciones y la información requerida para restaurar la sesión anterior se guardan en subdirectorios del directorio de inicio.
También requieren un directorio de inicio común:
El mecanismo de autorización de X predeterminado (véase "Configuración de la autorización X" ).
El daemon de control de subprocesos del escritorio, relacionado con la ejecución remota de aplicaciones y capaz de escribir en el directorio de inicio del usuario.