Limpie el disco con aire comprimido.
El aire comprimido puede eliminar la mayor parte de las partículas de polvo acumulado y restos de suciedad. Si puede acceder a la cabeza de lectura del disco, verifique que no tiene polvo.
Si no consigue eliminar la suciedad con el aire comprimido, límpielo con un paño suave, limpio y seco que no deje restos.
Pase el paño por la cara sin etiqueta del disco con un movimiento radial, del centro hacia fuera.
No lo haga con un movimiento circular.
Limpie sólo las partes afectadas del disco.
La figura siguiente muestra la forma adecuada de limpiar los discos compactos.