Desde la perspectiva del escritorio, una configuración de red típica puede contener una combinación de los siguientes componentes principales:
Pantallas: donde se ejecuta el servidor X
Servidores de sesiones y de inicio de sesión: donde se ejecutan las aplicaciones del escritorio (Gestor de inicio de sesión, Gestor de área de trabajo y similares)
Servidores de aplicaciones: donde se ejecutan otras aplicaciones
Servidores de archivos: donde están ubicados los datos utilizados por las aplicaciones
Una de las configuraciones de red más usuales implica el acceso de sistemas a un servidor de aplicaciones. Figura 7–1 ilustra una estación de trabajo que utiliza un servidor de aplicaciones. La sesión de servidor X y la de escritorio se ejecutan en la estación de trabajo.
Las redes también usan frecuentemente servidores de archivos para almacenar grandes cantidades de datos, que pueden usar las aplicaciones que se ejecutan en un servidor de aplicaciones, o las aplicaciones del escritorio (por ejemplo, el Gestor de archivos necesita acceder a archivos de datos para mostrarlos en la ventana del Gestor de archivos).
Los terminales X ejecutan el servidor X y obtienen los servicios de sesión de escritorio de otro sistema.