Los paquetes instalados en una zona global están (por defecto) disponibles para todas las zonas no globales: un proceso llamado propagación de paquetes. (Para que sea posible la propagación, las zonas no globales nuevas tienen que estar iniciadas, es decir estar en estado de ejecución) La propagación proporciona visibilidad y disponibilidad local (no global) a los paquetes instalados en la zona global. La propagación permite que la gestión de ciclos de vida de los paquetes de las aplicaciones (instalación, actualización, desinstalación) se realice de forma centralizada por un administrador global, mientras que la configuración de las aplicaciones y la gestión del tiempo de ejecución las realizan administradores de zonas (no globales).
Para las zonas de raíz completa, la propagación se logra a través de la copia automática de los archivos instalados de la zona global a las zonas de raíz completa y a través de la sincronización automática de información de registro. Para las zonas de poca raíz la propagación se logra mediante sistemas de archivos de sólo lectura compartidos entre las zonas globales y de poca raíz y mediante la sincronización automática de información del registro.
La propagación de paquetes a zonas no globales se controla a nivel de paquetes mediante atributos de paquete internos. Para algunos valores de estos atributos (los valores predeterminados, como mínimo), la propagación se puede deshabilitar en el momento de instalación mediante la opción pkgadd —G, que anula los valores de atributo. Una vez instalado, el comportamiento de propagación de un paquete no se puede modificar, excepto si se desinstala y se vuelve a instalar. Los parches, por ejemplo, no pueden cambiar el comportamiento de propagación de un paquete; de hecho, los parches deben aplicarse según el comportamiento de propagación del paquete que están actualizando.