ZFS reparte dinámicamente los datos de los discos en bandas entre todos los dispositivos virtuales de nivel superior. La elección de ubicación de los datos se realiza en el momento de la escritura, por lo que no se crean bandas de ancho fijo en el momento de asignación.
Cuando se agregan a una agrupación dispositivos virtuales nuevos, ZFS asigna datos gradualmente al nuevo dispositivo con el fin de mantener el rendimiento y las normas de asignación de espacio. Cada dispositivo virtual puede ser también un reflejo o un dispositivo de RAID-Z que contenga otros archivos o dispositivos de discos. Esta configuración ofrece flexibilidad a la hora de controlar las características predeterminadas de la agrupación. Por ejemplo, puede crear las configuraciones siguientes a partir de cuatro discos:
Cuatro discos que utilicen reparto dinámico de discos en bandas
Una configuración de RAID-Z de cuatro vías
Dos reflejos de dos vías que utilicen reparto dinámico de discos en bandas
Aunque ZFS admite la combinación de diversos tipos de dispositivos virtuales en la misma agrupación, debe evitar hacerlo. Por ejemplo, puede crear un grupo con un reflejo de dos vías y una configuración de RAID-Z de tres vías. Sin embargo, la tolerancia a errores es tan buena como el peor de los dispositivos virtuales de que disponga, en este caso RAID-Z. La práctica recomendada es utilizar dispositivos virtuales de nivel superior del mismo tipo con idéntico nivel de redundancia en cada dispositivo.