El procedimiento de reversión restaura todo el software del sistema y la configuración de metadatos del sistema al estado anterior a la aplicación de una actualización. Para implementar esta característica, se realiza una instantánea de varios aspectos del sistema antes de aplicar la nueva actualización y se revierte esta instantánea para implementar la reversión. Las consecuencias de una reversión son las siguientes:
Se revierten y se pierden todos los cambios de configuración del dispositivo. Por ejemplo, supongamos que ejecuta la versión V, luego la actualiza a la versión V+1 y finalmente cambia el servidor DNS. Si ejecuta una reversión, el cambio de configuración del servidor DNS se deshace por completo y se quita del sistema de manera definitiva.
En cambio, los cambios realizados en los datos de usuario no se revierten: si actualiza de V a V+1, y los clientes luego crean directorios o modifican los recursos compartidos de alguna manera, esos cambios se conservan después de la reversión (como se esperaría).
Si el dispositivo ejecuta la versión V y tiene los destinos de reversión anteriores V-1 y V-2, y revierte a la versión V-2 (y, por lo tanto, "omite" V-1), no solo quitará el software del sistema y la configuración de software del sistema para V, sino también para V-1. Es decir, tras una reversión a V-2, es como si nunca hubiesen existido las actualizaciones V-1 y V. Sin embargo, las imágenes de carga del software para V-1 y V se siguen guardando en el sistema, y podrá aplicarlas de nuevo tras la reversión si desea volver a ejecutar la actualización.
Si tras aplicar una actualización, el sistema está de nuevo activo y en ejecución, puede usar la BUI o la CLI para iniciar una reversión a una de las dos actualizaciones aplicadas anteriormente. Si el sistema no se puede ejecutar tras una actualización, utilice el procedimiento de reversión en modo a prueba de fallos.